lunes, 9 de abril de 2018

Poniendo códigos de barras.

La cocina anda como las clases sociales, alta, mediana y pobre. ¿ Que le vamos a hacer?, vivimos en una sociedad donde lo que entretiene es el etiquetar, donde se monta un cirio por tener o no un Máster y no preocupa la realidad que afecta a un pueblo, aunque muchas veces poco importa si se llega a final de mes o no,  siempre y cuando nuestro equipo favorito gane. ¿ Que podemos esperar de una peña que son adictos al Salvame.
Quizás en este oficio el plato más "copiado" sea el pastel de cabracho de Juan Mari Arzak, o el coulant de chocolate de Michel Bras, ¡vaya usted a saber!, lo curioso de este asunto es que ambos platos revolucionaron hace un porrón de años y aún siguen vigentes en muchas cartas,  recuerda alguno, ¿cual fue el plato estrella de cualquier estrella Michelin hace un par de años?, a que no.
Como les digo, somos de modas, nos apuntamos a la noveleria barata y tenemos una memoria débil ¡ he dicho! decía Pantuflo en los cómic de Zipi y Zape
Mientras sigamos viviendo de un circo mediático, no sólo en cocina, los avances parecerán que sí y será no, por lo tanto señores volvamos a esos orígenes donde no eramos borregos y teníamos libertad de pensamiento y no nos dirigían nuestro destino, puestos a seguir en esta línea solo puedo decirles que se parece mucho este mundo en el que vivimos a la teoría de big bang.
Por suerte ya no sólo los países vecinos están volviendo a los orígenes, Países como Perú o Brasil andan en una cruzada de defensa del producto y platos tradicionales, igual se nos enciende la bombilla y nosotros hacemos lo mismo.
Volverán las oscuras golondrinas.
.. escribió en su día un tal Gustavo Adolfo.
¡ Aclamemos a la diosa de los fogones!.

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