lunes, 18 de septiembre de 2017

La mafia gastronómica.

Hace cosa de un año, ha llovido algo desde aquel día, les comentaba sobre las artimañas que muchos críticos (por llamarlos así y no faltar), muchos "periodistas gastronómicos" y un largo etc. de vividores del cuento sobre la influencia mediática que rodea hoy en día este mundillo nuestro de la cocina, ejercen lo que ellos llaman publicidad a un establecimiento, no es que garanticen la afluencia de clientes, solo ponen unas fotos con un pie de página, diciendo yo comí aquí, ¿ a que mola?, lo que no informan a sus "seguidores" es de que no solo quieren comer por la cara en determinados restaurantes, sino que además te pasan una factura, el monto depende de cada "usuario", unos 100€, otros 400€, es según su caché y el número de adeptos en sus páginas, ¡ Dios salve a la reina!.
Hoy en día con el avance de la tecnología, los restaurantes se gastan un pico en páginas web, en un comunity manager ( uyy que ganas tenía de poner esta profesión), en mercancías, sueldos, seguros y un largo etcétera de gastos fijos que conyeba un restaurante, ahora hay que poner un plus a los críticos gastronómicos, queridos compañeros de profesión, no se si darán factura, luego no solo no se ponen colorados, se los prometo, es que alguno entra en lo que se conocía como "la mafia", ¿recuerdan las pelis de Al Capone?, chantaje, extorsión... ¿no me creen?, busquen ustedes mismos el significado a esto,  ¡¡¡si no aceptas que coma sin cargo te pondré una crítica negativa en toda regla!!!, así unas pocas ideas más, igual los pillan por fraude fiscal como a Capone.
Queridos señores, respondan ustedes a esta pregunta, ¿ harían gratis su trabajo?, ¿creen que el género utilizado en cada comida a los restaurantes se lo regalan?, ¿ saben ustedes realmente sobre esta profesión tanto como para atreverse a escribir sobre ella?.
 El otro día leía en determinado periódico un artículo que me recordó mucho a ese que les decía al principio que escribí, determinados cocineros ya están poniendose en su sitio y denunciando estas mañas, igual hasta se empieza a hacer público el nombre y medio de este tipo de personajes, ¡¡¡ This is the revolution!!!.
 Cuando esta furia pase, creo que no solo muchos compañeros perderán su trabajo, muchos restaurantes tendrán que cerrar y a ver cuantos de estos "genios literarios" aparecen por esos restaurantes que tanto se muestran dispuestos a "ayudar" y en esa ocasión tiran de tarjeta para pagar su cuenta.
Recuerden señores el buen crítico no se identifica, paga su cuenta y luego si tiene conocimiento de causa escribe, en mi caso espero no me aburra lo que leo. A su vez el buen restaurante es el que hace por su cliente a fin de cuentas es por ello y para ellos por quienes nos metemos delante del fogón, no entren al juego de pagar por este tipo de "crítica", ya que siendo bajo pago los que escriben será por que cobra y evidentemente no dirá la verdad o si, lo que se consigue es engañar a un comensal, que son los que pagan la cuenta, ahí lo dejo, diviertanse y disfruten.

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