viernes, 1 de septiembre de 2017

A veces los recuerdos indican algo, la cocina de toda la vida.



Si pusiéramos hoy sobre el mantel aquellos platos tan avanzados, el espectáculo resultaría patético. ¿Cómo puede ser que aquello que parecía magnífico no haya dejado rastro alguno en nuestro patrimonio gastronómico? ¿Cuántas de aquellas propuestas salvaríamos hoy?. Podemos contar cientos de platos innovadores que los cocineros nos sirvieron durante las últimas décadas, pero salvo contadas excepciones, todos y cada uno de ellos desaparecieron de nuestra memoria como por arte de magia, doble pirueta mortal de la que muy pocos son capaces, pues el circo está repleto de cocineros místicos y sosainas duchos en el arte de la momificación y el birlibirloque. El que se de por aludido, que se rasque la almorrana, no se enojen, o si, es recordar aquellos tiempos en los que los que decías ¡Una de ensaladilla con una jarra! y la idiotez aún no campaba a sus anchas por las barras y los comedores, creo me metí en un lío de nuevo, no quería faltar. Si a un cocinero ( me niego a poner Chef) de entonces le hubieras hablado de “concepto”,“velo gelatinoso”, “tempura” o “croqueta líquida servida en vaso de chupito”, te habría mandado a..., la palabra que continua no la pondré por consejo de un amigo que entiende de esto del arte de escribir. Muchos han olvidado el periodo de aprendizaje con el mandil anudado al cinto, friendo y guisando, hasta el pincho lo hemos convertido hoy en ejercicio intelectual, que le vamos a hacer, de moda va la palabra, laguneando.

A mi me siguen molando los restaurantes que tienen una de esas cocinas revestidas por un clasicismo actualizado, auténtica música para los oídos ante tanta tontería reinante, de esos que como siga el rollito de la "espuma", habrá que incluirlos en la lista esa de animales en peligro de extinción, igual soy de los pocos que recuerda pedir esa de churros de pescado, otra de gambas a la gabardina y una chuleta de ternera en su punto y solo con fritas, ¡aleluya, alabemos todos a la diosa de las brasas y la orly!, pequen sin remisión, que un día es un día y de perdidos al río, se me juntaron muchos dichos antiguos, pero de verdad, como en el circo y su ¡¡¡ Pasen y vean!!!, acudan sin miedo a esos locales donde pone Bar, Restaurante... en monosilabos, donde una carne sabe a carne, un pescado tiene pinta de pescado y a la entrada del local se ve un grifo de cerveza y si hablas de sifón es aquel artilugio que apretabas y salía "agua con gas".


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