lunes, 3 de abril de 2017

Comer por Canarias.

Hace unos siglos arribaron unos navíos en las costas Canarias con claras intenciones de conquistar estas tierras, casi un siglo después lo lograron, por motivos de ubicación las islas se convirtieron el lugar estratégico, un puerto de idas y venidas, ingleses, portugueses, franceses... un sin fin de nacionalidades que fueron dejando un granito de arena en la alimentación de los habitantes de esta tierra, se unió a lo que ya había y más o menos así nace lo que hoy conocemos como el recetario canario. Cada isla tiene su aquel sin igual y luego muchas recetas que aún con el mismo nombre varía algún ingrediente, es historia y de suponer es que se conoce.
Si la analizamos a nivel de productos utilizados y técnicas de cocinado puede que sorprendamos a más de uno si decimos que muy pocas comunidades autónomas juegan con un abanico tan amplio.
Un ejemplo puede ser el gofio, puede ser presentado en "pella" arropado con los distintos mojos, o rebozando chicharrones,en escaldón acompañando diferentes potajes, en escacho como el palmero en el que se mezcla con papas y queso, en los diferentes postres o dulces como la rapadura o más moderno la mousse y como no, pregunten a un canario si nunca ha desayunado un tazón de "leche y gofio".
Esta misma variedad pueden encontrar en carnes, la cabra, el baifo, el cerdo o la ternera, el pollo... En salsas, asados, fritos o en salmorejos, con mojos o a la brasa ¡ quien no saliba ya!.
Si no vamos al mar encontramos lapas, burgados, viejas, cangrejos, morenas y muriones, palometas o chicharros, no olvidemos las sardinas y mucho menos los tollos, ¡quien da más!.
Papas de todos los colores, ¡ ay la bonita y la negra!, arrugadas, sancochadas o fritas, que más da.
Plátano y uvas por doquier. Quesos para dar y tomar, frescos, curados o ahumados.
Si nos adentramos a los postres cualquier isla presume, pero La Palma enamora, bienmesabe, queso de almendra o príncipe Alberto, huevos mole o marquesotes, el bizcochón de la abuela, o la tarta de chocolate de la vecina, increíble tanto dulce y cuán goloso es el canario...
Islas Afortunadas decían, no seré yo quien lo ponga en duda ¡que suerte vivir aquí!

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